En un recipiente pequeño apto para microondas, se pone el queso, el aceite, el vino y el orégano.
(Se puede poner una rodaja o trozos de tomate, eso es opcional).
Se mete al microondas a media potencia hasta ver que esté fundido.
Para horno, se mete a media altura, 180 º y cuando empiece a fundir, se pone a gratinar, con cuidado que no se pegue mucho o se queme.
Sacar el recipiente con cuidado de no quemarse y se sirve en un plato con una servilleta de papel debajo para que no resbale y os podáis quemar.
Si tenéis alguna opción mejor para que eso no ocurra, utilizadla, yo os doy una idea. ;)
Si la acompañáis de picos o rosquillas, queda muy bien.
Hay que consumir inmediatamente, ya que conforme se vaya enfriando, se irá endureciendo.
Raciones 0